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El macho |
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la hembra, se pueden ver algunas escamas con color rojo. |
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La pecera en que vivian |
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Las dos hembras con el macho mas grande |
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Las hembras normalmente son mas gordas que los machos, en el fondo se pueden ver los restos los "bloodworms" que se les ofrecio de comida. |
El
Fundulopanchax gardneri, antes
Aphyosemion gardneri es un pez que tiene una buena cantidad de atributos que lo hacen deseable para el acuarista. Sin embargo no se le ve con frecuencia en las peceras de los acuaristas o en las tiendas de venta de peces, ¿Cuál puede ser la razón para que no sea fácil de conseguir? La razón por la que esto ocurre la discutiré en el curso del siguiente artículo sobre mi experiencia con este pez.
Los killies, peces del grupo de los ciprinodontidos, tienen una biología y ecología fascinante. Algunos viven en charcas temporales por lo cual sus vidas transcurren en un frenesí de crecimiento y reproducción para así poder completar su ciclo reproductivo antes de que la estación de lluvia termine y la charca se seque. Los adultos mueren cuando la charca se seca, pero los huevecillos puestos en el lodo del fondo del charco son capaces de sobrevivir a la desecación de la charca y pueden pasar meses en espera de la próxima temporada de lluvia para comenzar el ciclo nuevamente. Otros depositadon sus huevos en las hojas de plantas acuáticas o en las grietas de objetos sumergidos donde permanecen por un par de semanas antes de eclosionar, los killies que hacen esto generalmente viven algunos años. Las distintas especies de killies pueden sobrevivir en una impresionante variedad de hábitats como lo son, lagunas hipersalinas, charcos en aéreas desérticas y las aéreas pelágicas de los grandes lagos de África.
El
Fundulopanchax gardneri pertenece al grupo de los killies que viven en los bosques. Se le encuentra en pequeños riachuelos y charcos de los bosques de Nigeria y Camerún. Viven en aéreas en que el agua es de poca profundidad, apenas pulgadas, en ocasiones en zonas llenas de vegetación en otras en charcos sin vegetación pero con una capa de hojas secas en el fondo. En mi experiencia han resultado fáciles de mantener y reproducir.
Obtuve dos parejas de adultos de esta especie y los coloque en una pecera densamente plantada con
Echinodorus tenellus. El agua de la pecera era de lluvia y su pH era levemente acido. La temperatura del agua fluctuaba durante el dia entre los 75⁰F y los 85⁰F. La pecera no tenía filtro, se le cambiaba el agua como un 20% al mes. A los peces se le alimentaba con una variedad de comidas preparadas pero preferían los alimentos vivos y solo comían los “flakes” si tenían mucha hambre. Cuando no podía encontrar alimentos vivos les daba “bloodworms” congeladas que compraba en un “petshop” local. La pecera tenía una tapa que estaba cuidadosamente arreglada para que no existiera ni el más diminuto hueco que les permitiera a estos peces saltar de la pecera. Este es un detalle crucial, si se les da la oportunidad estos peces son capaces de saltar de la pecera cuando uno menos lo espera.
Hay varias formas de reproducir estos peces, la forma más común es usando un mapo hecho por el acuarista para que los peces depositen los huevos en él. Los huevos son removidos del mapo por el acuarista y son colocados en un envase con agua y con algunas gotas un agente fungicida. En este envase pasan los catorce días que tardan los huevos en eclosionar. Yo decidí usar un método más natural, permitiría que los peces desovaran en las plantas de la pecera y cuando los pececillos nacieran los capturaría. Este método produce muy pocas crías pero tiene la ventaja de que es extremadamente sencillo. Es indudable que el método del mapo y la incubación en un plato con fungicida produce muchas más crías que el método natural, pero por otro lado el método del mapo requiere un nivel de atención al detalle y una inversión de tiempo superior a la que el acuarista promedio dedica a sus peces.
El próximo paso es sumamente importante. Los pececillos recién nacidos requieren alimentación frecuente con alimento de buena calidad y unas condiciones de agua excelentes. Los primeros dos meses son determinantes en el desarrollo de estos killies, si no se les alimenta con la frecuencia y la cantidad adecuadas los killies se enanizan. Esto significa que si a los pececillos no se les alimenta como es debido en lugar de alcanzar el tamaño adulto normal de dos a tres pulgadas los mismos dejan de crecer cuando apenas tienen una pulgada o pulgada y media. Escribo estas líneas basado en la más amarga experiencia. Lo laborioso del trabajo de manejar los huevos hasta la eclosión y el nivel de atención que requieren los pececillos es probable que sea la razón por la cual no vemos a este pez con frecuencia en venta en el mercado.
Estos killies pueden vivir por años si se les dan buenas condiciones de vida. Perdí mis peces por un descuido en que se me olvido asegurar correctamente la tapa de la pecera en la cual los había colocados temporeramente mientras limpiaba la pecera en la que residían.
Como verán en las fotos estos peces tienen colores brillantes y muy atractivos que no tienen nada que envidiar a los colores de los peces marinos. Estos peces pueden ser tímidos si se les coloca en peceras demasiado iluminadas y sin lugares de refugio adecuados. Fotografiarlos no es fácil ya que tienden a reaccionar al “flash” huyendo a toda velocidad. Pero si se les ofrece una pecera en la que estén a gusto y se toma el tiempo de aclimatarlos a la presencia del acuarista, con el tiempo pierden su timidez aprenden a venir a comer a la mano, especialmente si el acuarista les ofrece alguno de los alimentos preferidos de ellos.
No he notado que los machos maltraten a las hembras aunque esto se puede deber a que los tenía en una pecera de diez galones la cual basta y sobra para que vivan en relativa armonía. Algunos acuaristas dicen que se les puede tener en peceras aun más pequeñas sin que haya problemas. Los machos de mayor tamaño hostigan a los menores pero no severamente si en la pecera hay refugios suficientes para que los machos más pequeños escapen de la agresión del macho dominante. Debido a la agresión que se da entre los machos no recomiendo tener más de un macho en peceras de menos de diez galones. En peceras de mayor tamaño es posible tener grupos de ellos sin dificultad y recuerdo haber tenido cerca de diez de estos peces en una pecera de veinte galones alta, que estaba densamente plantada, sin que pudiera notar ningún daño causado por la agresión entre los machos.
No recuerdo a cuál de las poblaciones pertenecen los peces que aparecen en las fotos. Hay más de una docena de poblaciones de esta especie en estado salvaje que se distinguen por variaciones en los colores y en el patrón de las manchas en el cuerpo del macho. Las hembras de todas las poblaciones son casi idénticas.